Estos sitios comenzaron siendo una salida viable para vender los excedentes de vino, pero con el paso del tiempo se convirtieron en un atractivo turístico más de Galicia. Estamos hablando de los furanchos. Muchos los conocen por esos rincones ‘enxebres’ ubicados habitualmente en el sótano o en el bajo de una casa tradicional gallega, y en en los se bebe y se come mucho, bien y a muy buen precio.
Una salida viable para vender los excedentes de vino
La tradición de los furanchos. Esos rincones ‘enxebres’
Se trata de improvisadas tabernas, muy populares sobre todo en las Rías Baixas. En ellas, los dueños ofrecen a todos los clientes buen vino y buena comida, casera por supuesto. Y todo ello a un precio bastante económico. Por lo que muchos optan por estos lugares para ir a comer y beber con los amigos o familia.
Los furanchos también se conocían como loureiros, aunque hoy en día esta denominación está en desuso.
Antiguamente, cuando el vino ya estaba listo para ser consumido, los propietarios del lugar anunciaban su disposición para la venta colgando una hoja de loureiro en la casa. De esta forma, todos los vecinos y visitantes del lugar, se daban por enterados. Hoy en día ya son pocos los que mantienen la tradición de colgar esta hoja, pero todavía se pueden ver algunos durante la época de los furanchos.
Nacieron de forma clandestina
Aunque nacieron de forma clandestina, hoy en día la tradición de los furanchos tienen regulada su actividad a través de un decreto de la Xunta del año 2012.
En este decreto se consideran furanchos «los locales utilizados principalmente como vivienda privada, pero donde sus propietarios/as venden el excedente del vino de la cosecha propia».
Este vino se elabora en casa para su consumo particular, junto con las tapas que, como productos alimenticios que se preparan de forma regular por ellos y ellas, para que sirvan de acompañamiento.
La tradición de los furanchos en Galicia
¿Dónde se encuentran los furanchos?
La mayoría se encuentran en la zona de las Rías Baixas, en especial en las zonas que van desde Redondela, Vigo a O Salnés. Aunque también podemos encontrarnos algunos en la zona de A Coruña.
¿Y cómo identificarlos?
Los furanchos son lugares secretos: no suelen disponer de señalética. He ahí la cuestión. Hay que buscarlos. Uno puede llegar a ellos por el boca a boca, preguntando directamente a algún vecino de la zona o con la ayuda de internet.
¿De donde proviene el nombre de furancho?
Pues como no podía ser de otra manera, del vino. En concreto, furancho proviene del agujero que se le hace al barril para colocar una llave que ayude a la extracción del vino.
¿Cómo nacieron los furanchos?
Pero… ¿Cómo nacieron los Furanchos? Esto ocurrió de casualidad. La historia viene de cuando en las casas sobraba vino de la cosecha propia y se invitaba a los vecinos a que disfrutasen de una ‘cunca’ de vino antes de ponerse a trabajar en la siguiente cosecha. Normalmente, como buenos invitados, los propios vecinos llevaban comida para acompañar la bebida. Esta tradición de los furanchos, que se remonta a 300 años atrás, fue extendiéndose hasta la actualidad.